viernes, 29 de agosto de 2014

Consejos sobre abono verde

A titulo personal  y con mi mejor cariño, pues el "Grupo de Producción" no se ha reunido en agosto envío  un comentario breve para las reuniones de grupos sobre el punto del abono verde.

  1. Por definición y experiencia de muchos años de agricultura ecológica el abonado en verde pone a disposición del cultivo siguiente un montón de nutrientes en forma fácilmente asimilable para el cultivo.
  2. Si se  hace una mezcla espesa de un cereal y una leguminosa, por ejemplo centeno o avena  mas veza, al ser ambos el centeno y la avena   cultivos colonizantes no van a permitir que nazcan muchas "malas hierbas" y las que convivan con el cultivo como no se le va a dejar crecer mas que dos meses o poco mas, se cortarán y enterrarán con el mismo abonado en verde.
  3. Ya que las patatas se siembran en enero sería ideal sembrar ahora a mediados de septiembre, dejándolo así  crecer hasta finales de noviembre. La siembra se hace a mano, a voleo. En esta fecha se corta con una desbrozadora, como se hizo con la mostaza, se deja unos días sobre el terreno para que pierda agua, y luego se incorpora, quedando todo el mes de diciembre para realizar todas estas operaciones y la preparación del terreno para la siembra de las patatas.
  4. Es posible que de aquí a mediados de septiembre no llueva para la buena nacencia, en ese caso habría que sembrar en seco y colocar o bien lineas de goteros o bien  la microaspersión, bailarinas, para facilitar la nacencia.
Ignacio



 
Compañeros(as) acequiles,

Como miembro del grupo de producción, acreciendo a lo que dijo Ignacio que el suelo de La Vega tiene excelente fertilidad natural por su constitución y por los aportes periódicos del Guadalquivir. Pero, mientras su genealogía favorezca la fertilidad mineral, hay otros aspectos que tenemos que considerar.

El primero dice respecto a la textura, que por ser arcillosa, hace con que muy fácilmente ocurra la compactación y formación de camadas de suelo duro impenetrables tanto para las raíces cuanto para el aire, lo que exige mas esfuerzo de trabajo para romperlas a través del empleo de máquinas agrícolas movidas a derivados de petróleo.

El segundo tiene relación con el primero, porque cuando se remueve el suelo en demasía, se promueve un rápido decrecimiento en la cantidad de materia orgánica estructural en la forma de humus. Siendo que, por ser ese humus al mismo tiempo, el constituyente y el alimento de los micro y microorganismos que dan vida al suelo, ocurre un rápido decrecimiento en su actividad orgánica, o sea, el suelo muere.

En ese sentido, el aporte constante de biomasa al suelo, cumple con el deber que tenemos nosotros de mantener el suelo vivo, alimentando a las innumerables especies que de nosotros pasan a depender cuando alteramos la ecología local para sacar nuestro alimento. Como consecuencia, la respuesta que tenemos de nuestros amigos habitantes del suelo, es que ellos hacen la transferencia de su vitalidad a los alimentos que vamos extraer de su casa. Además, los suelos con vida suelen tener mejor textura y son mas estructurados, lo que contribuye para elevar su capacidad de retener el agua, posibilitando disminuir la cantidad de riegos, y disminuir la intensidad de laboreo, disminuyendo el esfuerzo para cultivarlo y las emisiones de gases de efecto invernadero por la quema de combustibles fósiles.

Lo que creo es que podemos mejorar la huerta con el aporte de biomasa de los abonos verdes, haciéndola mas sostenible, con mas biodiversidad y mas vitalidad.

José Orestes

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